martes, 15 de junio de 2010

Vampiros.

Siempre pasa lo mismo: cuando estas en la mejor parte del sueño, te despiertas.

Estaba segura de que ese chico era mi Edward. Era parecido, frio, pálido, misterioso...

De un salto me pare.

Era muy temprano, no había nadie despierto, así que sin hacer ruido fui hasta mi biblioteca. Mire mi reloj: 7:18 am.

Cuando ente, lo primero que hice fue correr las cortinas paraqué entrara algo de luz. Hicieron un ruido impresionante, pero por suerte nadie se despertó.

El polvo que cubría todo era impresionante. Entonces baje hasta la primera planta y encontré un plumero. Lo cogí y subí.

Estuve dos horas para quitar el polvo y las telarañas. Pero el esfuerzo valió la pena. Sin suciedad, el lugar era más bonito que antes.

Genial, ahora solo falta conseguir velas –pensé. Eso era fácil de hacer: hoy iba a ir a comprar los muebles.

Me senté en la butaca y agarre el libro que había elegido ayer. Comencé a leer.

Prologo.

Vistos desde el otro lado del espejo, nosotros somos los seres fantásticos, el sólo hecho de existir nos confiere algo mágico. Pero como no estamos en el reverso, es a ellos, a los que nunca existieron, a quienes se dedica este apartado. Aquí, a manera de bestiario, o de albergue si se quiere, caben todos los que nunca fueron convocados a ocupar un lugar en la creación.

Pase de página.

Vampiros.

El prototipo de vampiro más popular es el de un ser humano convertido después de morir en un cadáver activo o reviniente depredador chupasangre.

Pero hay más maneras de ser un vampiro:

Por predisposición desde el nacimiento: En Rumanía tiene más posibilidades de ser un strigoi, el séptimo o duodécimo hijo cuyos hermanos mayores son todos del mismo sexo. O tener unas marcas de nacimiento como el hueso sacro pronunciado, abundante vello corporal y haber nacido encapuchado, es decir con la cabeza envuelta en parte de la membrana placentaria o haber ingerido parte de la misma. Entre los eslavos también tienen mayor probabilidad de convertirse en vampiros los nacidos en Sábado Santo.

Por muerte prematura o violenta: En la antigua Grecia en donde se denominan vrykolakas o brucolacos a los así originados, al igual que entre búlgaros y eslavos, así como en ciertas culturas africanas y en Indonesia, se cree que los niños, adolescentes y en general las personas que habían tenido una muerte prematura o en circunstancias anormales, por suicidio o violencia, podían convertirse en fantasmas vagabundos o vampiros.

Por incumplimiento de rituales funerarios y religiosos: En Bulgaria y Rumanía también se cree que alguien se puede convertir en vampiro después de su muerte si los que se deben ocupar de preparar y vigilar debidamente el cadáver no cumplen bien su tarea y no impiden que un animal, especialmente un perro o gato, e incluso una persona pasen sobre el mismo. Esta creencia es similar a la de los hindúes que consideran que los espíritus o Pitrs que se encuentran a la espera de reencarnar pueden convertirse en vampiros si nadie les recuerda y realiza los rituales funerarios de rigor.

Como maldición por acciones criminales o sacrílegas: En la antigua China también se cree que se convierten en vampiros ciertos criminales. Tradición similar a la existente entre los eslavos y los griegos quienes creen que los vampiros son brujas o personas que se han rebelado contra la Iglesia mientras estaban vivos, vendiendo su alma al diablo y que al morir sus cuerpos pueden ser poseídos por demonios.

Por mordedura de un vampiro: Según casi todas las tradiciones, especialmente entre los eslavos , aquella persona que muere después de ser mordida por un vampiro se convertiría a su vez en uno.

Y cerré el libro porque me pareció escuchar movimiento en la segunda planta.

Doble la esquina de la hoja para marcarla y baje muy despacio.

Era Harry que estaba entrando al baño.

En eso apareció mamá.

-Mac, en dónde estabas?

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