-Hey, Jesse… Quiénes son ellos? –pregunte mientras señalaba a un grupo de chicos muy guapos. Todos tenían la misma camiseta, como si pertenecieran a un equipo de fútbol o algo parecido.
Había uno de los chicos que llamaba más la atención que el resto: iba caminando al frente del grupo, como si fuera el ‘líder’ o algo parecido, además todas las chicas lo miraban como un trofeo, algo imposible de alcanzar.
-Ah, ellos son los chicos del equipo de fútbol –tal como yo había dicho-. El que va al frente es el capitán del equipo, su nombre es Ian Seerve. Los chicos que lo rodean son Tom, Isaac, John, Steve, Samuel, Fred, Jackson, Simon, Ray, Bill, Robbie, Michael, Dennis, Paul, Timothy y Liam.
Todos tenían el mismo prototipo: los 17 eran altos y musculosos, todos eran guapísimos y para rematar, todos estaban vestidos iguales –vaqueros azules con la camiseta del equipo.
No me entretuve mucho más mirando, me basto con ver sus aires de superioridad para saber que no valían la pena, aunque el tal Ian no pareció pensar lo mismo de mi. En cuanto me vio, me dirigió una inquieta e insinuante mirada que me puse un tanto nerviosa, y Jesse se removió incomodo a mi lado. Ojala no me tocara en ninguna de sus clases.
Lamentablemente no fue así. Después del almuerzo teníamos una hora de Lengua y el resto de la tarde gimnasia. Genial.
Camine alegremente al lado de Eva hasta la clase, pero toda mi alegría se fue al piso cuando vi que solo quedaban dos lugares disponibles, y no estaban juntos. Entre ellos había un pupitre que lo ocupaba el tal Ian. Mierda
Me presente ante el profesor y ocupé el lugar que estaba cerca de la ventana. Si me sentaba ahí tenia un lugar hacia el que mirar si las cosas se tornaban incomodas. No seas idiota, Mac. Nada malo tiene que pasar, estas un poco paranoica por que es el primer día, solo eso, trate de consolarme. No tuve éxito.
-Con que tú eres la famosa Mackenna... –dijo Ian una vez que me senté- . Soy Ian Seerve, capitán del equipo de futbol del instituto, los Lagartos Escoceses. –No me gusto su tono de superioridad, por eso mi contestación fue seca, tajante.
-Si, lo soy. Encantada. –No dije nada más, pero podía sentir su mirada en mi rostro, examinándome. Deje que mi pelo callera sobre mi cara, para evitar todo tipo de contacto visual.
-Vamos, Mackenna, no seas así –susurro mientras con un rápido movimiento ponía mi cabello detrás de mi oreja.
-Seerve, si no se calla y deja a la Srta. Graystone en paz, tendré que hacerle un llamado de atención –dijo el profesor Brown, que por un lado se lo agradecí por quitarme de encima a Ian, pero por otro lado lo odie porque hizo que toda la clase se volteara a mirarme fijamente.
Si alguna vez me había sentido incómoda y había deseado que la tierra me tragara, no se comparaba en nada a ahora.
La clase transcurrió lentamente, hablando de la forma de escribir de William Shakespeare. Nunca me había aburrido tanto. Lo único que me mantuvo un tanto alegre fue pensar que tenía tres horas de gimnasia por delante.
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HE VUELTO!! Jajaja, perdón por no haber publicado en tanto tiempo, pero las razones ya están nombradas en el otro blog :).
Comenten mucho y pasen la voz para que la gente sepa del blog!
Besos y cuídense.
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