martes, 25 de mayo de 2010

A-diós

Ayer. Hoy. Mañana.
Pasado. Presente. Futuro.
Ayer, en el pasado, era de lo más feliz. Hoy, en el presente, ya no; ¿por qué tenía que mudarme? Mañana, en el futuro, nadie lo sabe.
-¡Mamá! ¿Tienes idea de donde Harry escondió mi móvil?
Se escucho el grito de mamá desde la primera planta, llamando a mi hermano.
Harry y Jack eran exactamente iguales. Eran gemelos. Ya bastante malo era tener un hermano mayor que molestara, imagínatelo multiplicado por dos.
Y no eran solamente idénticos físicamente, también en forma de ser y en gustos.
Ambos querían ser dobles de riesgo o correr coches. A los dos les fascinaba sacarme de quicio y ambos eran extremadamente vagos.
-Ten -dijo alguien entre dientes desde la puerta de mi habitación.
-Gracias, Harry -y le di un beso en la mejilla.
Se limpio el costado de la cara con la mano y frunció el ceño.
-Sabes que no me gusta eso. Es asqueroso. Lo odio.
-Lo se -sonreí-. Ahora, vete -y lo empuje fuera de mi cuarto mientras le cerraba la puerta en la cara.
Termine de hacer mis maletas en silencio mientras escuchaba música.
-¿A qué hora salimos? -pregunto Jack mientras almorzábamos.
-En tres horas -contesto la voz grave de papá.
De la nada, me sentí inapetente.
-Voy a salir. -No lo estaba preguntando, lo iba a hacer.
Cogí las llaves del coche y me fui hasta la playa.
Estacione y me baje muy despacio.
Suerte que tenía puestos mis tenis, y un pantalón corto. El clima era ideal para correr un rato. Además, gracias a Dios me había venido la repentina necesidad de ponerme mi traje de baño. El mar estaba perfecto para nadar.
Trote cinco kilómetros de ida, y cinco a la vuelta. Cuando llegue al vehículo, me quite la ropa y los zapatos, la metí dentro del coche y nade hasta no poder más. Todo esto me había sentado de maravilla.
Mientras caminaba por la playa, me encontré con Joseph, el mejor amigo de Harry, al que yo le gustaba.
Lamentablemente, me vio antes de que pudiera tirarme de cabeza al agua.
-¡Mac! -grito.
¡Ah! Otra cosa que tenía en común con Bella: ambas odiábamos nuestros nombres.
El de ella era Isabella, que comparado con el mío, era espectacular: Mackenna.
Para mí que mamá y papá estaban medios borrachos cuando eligieron mi nombre.
-Hola, Joe. ¿Qué haces por aquí? -pregunta estúpida, el vivía en una casa frente a la playa.
-Nada, te vi por la ventana y baje a saludarte.
Mierda.
-Que suerte. Joe, me tengo que ir. Solo queda media hora para que llegue a casa, me duche, termine de armar las maletas y partamos.
-¿Maletas? ¿Partamos? ¿A donde se van?
Ay, mierda...

Espero que les guste. Por favor, comenten.

Cuídense, Lali.

martes, 18 de mayo de 2010

Capitulo 1.

Todo comenzó por culpa de Melissa, mi mejor amiga.

Ella era la culpable de mi obsesión, de que me estuviera pasando lo que me pasa.

Era un día de tormenta, cuando de repente Mel llama a mi casa y pregunta si quiero pasar la tarde en la suya. Yo acepte.

Cuando llegue subimos a su habitación y me mostro el libro que había recién terminado de leer. Ese libro era Crepúsculo.

Mire las primeras paginas y me gusto bastante, entonces le pedí que me lo prestara. Para que...

Esa noche lo comencé. Y a la mañana siguiente, lo termine.

Fui corriendo hasta su casa para devolvérselo y preguntarle si tenía Luna Nueva, la continuación. Dijo que si, que también tenía Eclipse y Amanecer, aunque no había leído ninguno todavía. Le suplique que me los diera, que dentro de dos días se los devolvía, y bueno, así fue.

Desde ese día estaba totalmente obsesionada con todo lo que tuviera que ver con Crepúsculo, vampiros y toda la cosa; y, también, completamente enamorada de Edward Cullen.

Desgraciadamente, yo no tenía nada que ver con Bella, ni el blanco del ojo.

Yo era pelirroja, de ojos azules, bastante bronceada, con pecas y alta. Era muy deportista y me iba de maravilla en todo lo que tuviera que ver con los deportes y el colegio. Tenía muchas amigas y amigos, y varios chicos me habían pedido para salir. Vivía con mis dos padres, Anna, pelirroja de ojos oscuros, y Brad, castaño de ojos azules, y con mis dos hermanos gemelos, ambos pelirrojos como yo, pero de ojos marrones, Jack y Harry, en una gran casa en Miami, California.

Solo habían dos cosas que teníamos en común: ambas adorábamos los lugares soleados, y ambas habíamos tenido que mudarnos a un lugar en el que llovía constantemente.

Si, mañana partíamos todos a Dalness, Escocia. El lugar más lluvioso de Gran Bretaña. Genial.

A papa lo había trasladado la empresa en la cual trabajaba. Por mas que me alegraba por el porque lo habían ascendido y aumentado su sueldo el triple, estaba de lo mas disgustada por tener que dejar a mis amigos y familia.

Espero que les guste la primer entrada. A ver si en este blog comentan y consigo mas seguidores por ser relacionado con Crepúsculo, y eso :D

Cuidenseeeeeeeeeee, Lali.